10 km universitarios "Ciudad de León": ¡En casa!

Con el Rector, Santiago, Fernandako y Pablo

Como universitario, la experiencia ha sido fantástica. Creo que todos tenemos la impresión de que llevase celebrándose toda la vida y contase con una dilatada tradición. Sin embargo, en esta primera edición ha demostrado una organización y previsión excelente. Se nota que ha habido mucho trabajo detrás y se han cuidado hasta los últimos detalles. Últimamente, cada vez que llamaba al Servicio de Deportes me contestaban que estaban reunidos y no me extraña.

Cuando aparqué el coche, rápidamente se colocaron varios coches cerca. Se bajaba gente joven, que parecían estudiantes, con las camisetas rojas y blancas. Pronto se veía calentar y se comprobaba que se habían animado muchos de diversos centros. Posiblemente más de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, pero de Derecho no veo a nadie siguiendo una dilatada tradición.

Había también gente de todos los clubs de León. Pero hacía un frío increible. Aunque estaba feliz porque no estaba lloviendo como decían todos los pronósticos. Venía preparado para todo: guantes, chubasquero, térmica, dos camisetas, ropa de repuesto. Sin embargo, afortunadamente no hizo falta nada.

Calenté tranquilo saludando a mucha gente conocida: estábamos todos en casa. Hasta José Manuel Gozalo -Vicerrector de Estudiantes- se había cambiado y estaba dispuesto a inmolarse. En la salida coincido con estudiantes, algunos triatletas leouniversitarios, Santiago Izquierdo -Gerente de la Universidad-, muchos compañeros de administración y servicios, profesores pocos. Profesoras, alguna más y un grupo muy numeroso de corredoras que es una envidia. Resulta muy envidable que en la ULE haya cuajado también el grupo de mujeres en la Escuela del Corredor.

Gráfica en la que se pueden apreciar las bajadas y subidas

Disparo de salida del Rector acompañado por Alejandro Vaquera. Me había colocado al principio porque me parecía que la salida iba a ser lenta y muy agrupados. Vamos a 3'40" y cómodos un grupo que se va estirando un poco. Por primera vez me veía en la cabeza de carrera aunque poco a poco fui perdiendo algunos puestos. El resto, terreno muy conocido porque precisamente por ahí solemos ir a hacer cambios de ritmo. Así que controlando las sensaciones y manteniendo el ritmo en torno a 3'45". Voy coincidiendo con varios conocidos y vamos haciendo juntos el recorrido.

Llega el momento de "¿quien me mandaría apuntarme a esta?" a la altura del parque de La Candamia, pero sigo adelante apretando y acordándome del "sigue adelante sufriendo aunque te parezca que no puedes más". Enfilo la maldita avenida José Aguado que ya cada vez que oigo ese nombre me suben las pulsaciones, y no me acuerdo de mucho más salvo que la subida me estaba afectando. El ritmo había caído hasta ir, en algún punto, a 4'10", viendo peligrar el objetivo de 39'. Tenía que aguantar hasta la Catedral y luego dejarse caer.

Recorrido por La Candamia

Gracias a los conocidos que te animan: Eduardo Valcarce, que no podía faltar, Alfonso Salguero, con sus cencerros... consigo llegar a la Catedral y hago cálculos cuando llego al km 8. Si mantenía el ritmo podía lograr el objetivo. Se me atraviesa un poco la subidilla de Reyes Leoneses pero una vez que alcanzo la glorieta me lanzo todo lo que puedo. Enfilo la recta final justo y veo que la meta no es el primer arco sino el segundo, mientras Hernando González me grita: "venga Juancho aprieta ahí". Pablo con el que había hecho el recorrido de eso que te paso yo, ahora me pasas tú, varias veces -ya me sé el nombre porque se lo he oído a la gente que le animaba-, se me va un poco y no se lo iba a regalar. Así que aprieto y al sentirse rebasado nos lanzamos los dos a un sprint disputadísimo en el que consigo adelantarme y entrar en meta en 40'50".

El resultado increiblemente me situaba el 56 de la clasificación absoluta. Bastante contento porque había bajado 1'22" el tiempo de los 10km de León que corrimos en octubre y estaba metiéndome en los ritmos por debajo de 4' el km.

Hubiese estado bien una buena excusa para permanecer agradablemente durante más tiempo charlando con tantos amigos y conocidos. Aproveché para hacernos unas fotos con mi buen amigo el magnífico Rector y Santiago Izquierdo, gerente, con motivo de esta ocasión tan distinta e histórica.

Estuve un buen rato charlando con Hernando e intercambiamos algunas ideas. Me he comprometido a escribir algo para el blog de Peñacorada. Me ha dicho que tema libre. Voy a ponerme a ello cuanto antes: me hace ilusión y le agradezco mucho el detalle. En esta semana espero tenerlo. Cuando llego a casa me entra un correo en que se lo cuenta a todo el mundo. Vaya, estoy pillado... esto no tiene marcha atrás... Lo haré, al menos para que no deje de invitarme a todas las cañas que me debe...