19 de mayo de 2012

Campeonato de Castilla y León de duatlón en Pedrosa del Príncipe

En la T2
Cuando ibamos en el coche esta mañana del 5 de mayo camino de Pedrosa del Príncipe me pasaba por la cabeza que no terminaría esta competición. Tanto Jorge como yo nos sentíamos un poco cansados y algo nos decía que no saldríamos pletóricos como en Gijón. En mi caso, ha sido una semana de entrenamientos pesada. Como remate, el jueves tocaba hacer series y, aunque terminé hasta la última porque intento no abandonar un entrenamiento salvo causa de fuerza mayor, me fui con los gemelos doloridos ya que me empezaron a dar pinchazos. El viernes seguían doloridos y me tomé el entrenamiento de natación más relajado.
Llegamos con bastante tiempo a Pedrosa, en nuestra tierra burgalesa, ya que tanto Jorge Martínez, Fernando Azcona como yo somos burgaleses. Lo primero que comentó Fernando fue "como hemos llegado con tiempo, montamos las bicis y vamos a ver la mítica subida a los molinos". -"¿Cómo que mítica subida?", le dije. -"Si, es que, por lo visto, hay un cuestón cerca del pueblo". Se me cayó el alma a los pies, no contaba con ello ya que no reparé en la descripción del recorrido de bici sino que me llamó la atención que el de carrera era de 6 y 3 km, que añadía un pequeño plus.

Como teníamos tiempo decidimos calentar un rato con la bici y luego corriendo. Pudimos ver la mítica subida, y también comprobar que el recorrido de carrera también tenía subidilla. Cada vez, me invadía más la idea de que no terminaría tal como estaba.
Preparamos todo con bastante tranquilidad. En la salida me venía una duda: había dejado la bici colgada con un desarrollo muy corto, pero ya no tenía solución. Suena la bocina y me veo metido en la riada. Me sentía muy pesado y, objetivamente, me iban pasando bastantes corredores. Por la cabeza también me pasaba la idea: "termino este segmento de carrera y cuando llegue a boxes le doy mi dorsal a Luis Ángel Fernández, responsable de oficiales, y ya está". Pero, me fui engañando: "aguanta hasta la bici, que luego es dejarse llevar". Y, efectivamente, llegué a boxes con la idea de aguantar el trámite de la bici. Luego sería, terminar la carrera como fuese.
Salida con los del Deporama Soriano a la cabeza
Creo que fue la peor transición que he hecho en mi vida. En boxes, todo bien, salvo que paré el Garmin en lugar de marcar la transición, con lo que perdí el resto de referencias de tiempos. Salí corriendo con la bici y pegué el salto cayendo bien. Pero, como había algo de subida, como el desarrollo era muy corto, no sale la bici y me desequilibro hacia un costado para ir chocar casi con un bordillo. "Cuidao, cuidao", me dice Luis Ángel, que estaba en la línea de montaje. Con las gomas rotas intento salir, pero las zapatillas dan contra el suelo y total que paro, me meto una con la mano y salgo. Estaba sangrando por el tobillo ya que, no sé cómo, me había clavado los dientes del plato. Fatal, fatal... 
En la bici, disfruté. Me siento en mi medio. Eso si, ni grupo ni nada. Me quedé solo. Empecé a tirar en la subida para intentar arañar algunos segundos. Veo a Fernando que me saca 500 m y me lanzo a por él. El recorrido me gustó mucho. Aunque con riesgo en dos pueblos con varias curvas y contracurvas cerradas y con barrillo. También nos llovió. Alcanzo a Fernando en torno al km 12. Le digo que vamos juntos y me dice que no puede. Intento llevarle un poco pero nos alcanza un grupo y me meto entre ellos. Era un importante mazazo. ¿Cómo era posible que me alcanzase un grupo en el km 17? Seguro que les sacaba bastante y me habían ido limando. ¿Tan mal iba? Pues sí. Pero lo peor fue que empiezan a aparecer pinchazos en el gemelo derecho. Me pongo de pie en la bici y estiro. Ahora ya solo me pasa por la cabeza: "acabo como sea".
Fer en la carrera I
El desmontaje bien. ¡A terminar los 3 km de carrera! Sentía mucha pesadez y cansancio, pero parecía que aguantaba. Afortunadamente era una sola vuelta y consigo entrar en meta. Fernando lo hizo pocos segundos después.
En meta, comida y bebida abundante porque estábamos reventados. Fernando casi se cae redondo. Pude saludar a Nacho Barranco y presentarle a Jorge y Fernando, que se verían en el Campeonato de España Universitario de triatlón.
Con Jorge y Fer
Lo mejor vino después ya que los organizadores habían preparado un vino-merienda para todos los participantes que estuvo fantástico. Estuve hablando un buen rato con Ángel Altés recordando batallitas de Valladolid y me dio varias ideas fruto de su experiencia que me servirán para el próximo curso.
Tenía tanta sed que casi me bebo una botella de agua salada, de las que habían regalado con la bolsa del corredor. Menos mal que me paró una chica de Atalanta que me vio incauto. Y ya en el coche, de vuelta, los ánimos estaban por los suelos. Nos sentíamos derrotados: "nos habían pasado por la piedra". Al final, un puesto 71, de 92 finalizados, con un tiempo de 1h18'29", a 12'30' del primero, y ritmo en el primer segmento de 4'03"/km y de 4'17"/km que lo dice todo. Había que sacar experiencia: en el Campeonato de Castilla y León, el nivel estaba muy alto.

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