17 de julio de 2011

Travesía Mesones - Capozo

Vista de la Canal de Mesones
Todos los veranos tienen su excursión que hace historia y es un referente para refrescar la memoria. Creo que esta travesía supera con creces todas las expectativas que nos habíamos planteado: ¡¡Muy, muy buena!! Hace tiempo que le había propuesto a Juan Caballero la posibilidad de hacerla. Posiblemente cuando subimos al Pileñes. La ha propuesto porque me hacía bastante ilusión aunque él ya la había hecho. Elegimos este fin de semana pero el tiempo no estaba nada claro. Lo cierto es que teníamos bastantes dudas ya que, según Juan, entraban las nubes, con riesgo de tormenta, por la tarde del sábado 16 de julio. El domingo quedaba descartado por lluvias seguras.
La travesía arranca del pueblo de Caín, a 460 m, y siguiendo la Canal de Mesones, se alcanza y bordea el Jou Verde, por la base del Cueto de los Cabritos (2.032 m), para pasar por los Puertos de Cuba (1.957 m), por el collado entre la Cerra del Rayo y la Cerra de Cuba, hacia la collada de Vegahuerta y posteriormente descender por la Canal de Capozo hasta el Tombo de la Pandiella o, más bien, el mirador del Tombo (830 m), y desde ahí regresar por la carretera hasta Caín. El desnivel total de subida supone 1.600 m y un total de 7 horas de marcha. Así es como aparece descrita en cualquier guía de rutas por el Macizo Occidental de los Picos de Europa.
Llegamos sobre las 11 de la mañana a Caín, con un cielo totalmente despejado. Comenzamos la marcha por la Canal de Mesones, con la hierba bastante crecida y mucha humedad debido a las recientes lluvias de esta última semana. Superamos la sedo de Mesones (senda labrada en la roca vertical para ascender en diagonal) y llegamos rápido a las Majadas de Mesones, donde comemos y Juan, que va muy sediento, se hincha a beber agua en la fuente. Hemos sudado bastante con tanta humedad.
A partir de aquí, para mí, camino totalmente desconocido. Ascendemos al Jou Verde y lo bordeamos. Una vista imponente de todo el macizo de Peña Santa. Pasamos por la base del Cueto de los Cabritos y nos encontramos una buena manada de rebecos. Le comento a Juan que, en otra ocasión, vine con un amigo que estaba empeñado en subir a los Cabritos pero, decía, por detrás. Cuando vemos la vertiente sur de los Cabritos nos da la risa y estamos un buen rato riéndonos y contemplando la pared sur de los Cabritos que no admite más que escalada.
Juan en los Puertos de Cuba
Continuamos y alcanzamos el collado más oriental de los Puertos de Cuba. Menudo chasco y menuda metedura de pata porque no tiene descenso posible por la ladera contraria. Así que tenemos que descender un poco por nuestra vertiente y dirigirnos hacia el collado más occidental que, confirma Juan, es el bueno. A todo esto, por La Celada, La Robliza y Peña Blanca empiezan a aparecer las primeras nubes amenazantes. Juan se mosquea con los de meterología por el error en las horas que nos puede llevar al traste.
Gran sorpresa en la ladera sur de los Puertos de Cuba ya que se encuentra completamente cubierta de lirios que dan un tono azulado a los prados. Descendemos haciendo muchas fotos y le como el coco a Juan para dirigirnos hacia el refugio de Vegahuerta. Después de un tira y afloja motivado por la incertidumbre del tiempo. Casi por la vía de los hechos ponemos rumbo al collado de Vegahuerta pasando por la base de Peña Santa mientras contemplamos la majestuosidad de la Canal del Pájaro Negro a la vez que Juan me explica las vías y por donde la ascendió así como el descenso rapelando. Atravesamos una llambrias de caliza tan típicas, y las correspondientes simas, y llegamos al Refugio de Vegahuerta completamente reconstruido y nos tumbamos a contemplar el panorama de Peña Santa. Es como la visión que te gustaría mantener en todos los sueños inundados de la serenidad que transmite el contemplar tanta grandeza.
Vista del inicio de la Canal de Capozo y la Torre del Friero al fondo
Tenemos que ir bajando y enfilamos la senda hacia la Canal de Capozo. La liamos otra vez y no damos con la entrada en la Canal. Afloran los nervios porque sólo hay una posible y no existe alternativa salvo el salto al vacío. Vemos de lejos un tipo que baja muy decidido directamente desde los Puertos de Cuba y le alcanzamos. Le seguimos en la entrada a la Canal. Es un guarda del Parque y continuamos con él porque también va de bajada por la Canal. Tomamos la senda y dejamos a la izquierda el punto de confusión producido por el error que existe en los mapas publicados y que lleva al precipicio a bastante gente que se ofuscan en bajar el Verón del Corbo.
A estas alturas llevamos los pies recalentados pero seguimos bajando a toda caña. Eso sí, las nubes han desaparecido y se queda una tarde increiblemente buena. Disfrutamos de la vista de todo el Macizo Central y localizamos lugares y pasos.
Dejamos la senda y nos lanzamos directamentamente a atravesar el bosque de hayas hasta alcanzar Las Vegas y Santiján para atajar. Pero no es aconsejable porque no hay senda y es necesario conocer exactamente los pasos.
Llegamos sin problemas a Caín y me baño en el Cares como manda el ritual. Habíamos completado todo el recorrido y hemos disfrutado como solo se puede contemplando tanta grandeza. Por supuesto, ha quedado elaborada una apretada agenda de próximas ascensiones. Hay que alimentar las ilusiones...

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